jueves, 26 de noviembre de 2015

Daens

 Resumen de la película.

La película va de como viven unos obreros de un pueblo de Bélgica explotados por sus jefes  cobrando muy poco y trabajando mucho hasta que llega un sacerdote y intenta cambiar eso para que la gente obrera no muriese de hambre y de frío.

 Biografía.


Adolf Daens (18 de diciembre de 1839 – 14 de junio de 1907), fue un sacerdote flamenco y una importante personalidad política belga.

Nacido en una familia numerosa y modesta de Aalst (Bélgica), Daens se opuso activamente al conservadurismo que existía entonces en el seno del clero. Su acción política se centró en la defensa del proletariado y las reivindicaciones igualitarias, y en luchar contra las injusticias sociales.

Se alió con algunos líderes vecinales, con los obreros y con algunos socialistas para oponerse a Charles Woeste, diputado del condado. Woeste era, en cierto modo, el representante de la burguesía de los propietarios y el abanderado del partido católico; se dedicó a defender a los propietarios y a conservar el orden social establecido. Fundó el "Christene Volkspartij" (CVP) (partido popular cristiano) en 1894 y más tarde fue elegido diputado en el Parlamento belga, con el fin de reivindicar los derechos de los obreros y denunciar las condiciones de trabajo y de vida de éstos. Todo esto aplicando la Rerum Novarum (encíclica del Papa León XIII) como doctrina social y como proyectil intelectual para combatir las injusticias socioeconómicas.

Su combate para mejorar las condiciones de trabajo de los obreros y de la vida de sus familias le alejaron del sacerdocio. Por otra parte, fue condenado por su obispo, luego por el Papa y apartado de sus funciones en 1899. Murió en 1907 después de haber pedido perdón a su obispo.

El «daensismo», profundamente humanista, se emparentaría hoy con un socialismo socialdemócrata o una corriente social-cristiana.

La leyenda de una estatua erigida en su ciudad natal con ocasión del 50º aniversario de su muerte resume su empeño: "El trabajador no debe ser ni esclavo ni mendigo, debe ser un hombre libre y próspero".

Louis Paul Boon publicó en 1971 una novela biográfica titulada Pieter Daens. En 1992, el realizador Stijn Coninx, tomando como base la novela mencionada, contó la historia de este sacerdote comprometido en la película titulada Daens.

En 2005, Adolf Daens obtuvo el quinto puesto en la versión flamenca para elegir al “belga más importante” (De Grootste Belg).

jueves, 19 de noviembre de 2015

Clarín

Leopoldo Alas, Clarín

La obra de Clarín se compone de numerosos artículos de crítica literaria, dos novelas, una obra teatral y varios libros de cuentos.
  • Sus artículos de crítica literaria, en los que expuso sus ideas acerca de la novela, pronto le hicieron conocido y respetado en todo el país.
  • La producción novelística de Clarín es escasa: La Regenta (1885) y Su único hijo (1890). Esta última se aleja del realismo para expresar de pleno la crisis ideológica de fin de siglo.
  • Clarín intentó introducirse también, aunque sin demasiado éxito, en el mundo teatral con Teresa (1895), drama de ambientación obrera.
  • Especial importancia tienen sus cuentos y novelas cortas, entre las que destacan Pipá, sobre la tragedia de un golfillo; Doña Berta, poética historia de una solterona; y, sobre todo, Adiós, Cordera, uno de los mejores cuentos de la literatura española. Aunque no falta su característica tendencia satírica, en la narrativa corta Clarín se muestra más abierto a la ternura, a la compasión y a la solidaridad.


LA REGENTA

En ella se retrata en toda su complejidad una ciudad de provincias, Vetusta (nombre tras el que se esconde Oviedo), en la que está representada la sociedad española de la Restauración.

Clarín somete a una irónica crítica a todos los estamentos de la ciudad, que conforman una atmósfera asfixiante, opresiva, que choca con la protagonista, Ana Ozores. La importancia de la presión social sobre ella acerca la novela a las teorías del naturalismo (ver t22).

La Regenta es una novela de poca acción, en la que adquieren gran importancia las descripciones de la psicología de los personajes y de los ambientes: la catedral, el casino, las reuniones de la burguesía...


Biografía

Nació el 25 de abril de 1852 en Zamora, donde se había trasladado su familia desde Oviedo, al ser nombrado su padre, Genaro García Alas, gobernador de la ciudad. Leopoldo fue el tercer hijo del matrimonio.

En la casa se hablaba continuamente de Asturias y su madre, Leocadia, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados (aunque ella tenía también hondas raíces leonesas). Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que lo vieron nacer.

A los siete años entró a estudiar en el colegio de los jesuitas ubicado en la ciudad de León en el edificio de San Marcos (actual parador de turismo). Desde el principio supo adaptarse a las normas y a la disciplina del centro de tal manera que a los pocos meses era considerado como un alumno modelo. Sus compañeros lo conocían con el mote (sobrenombre) de «el Gobernador», por alusión a la profesión de su padre. Sus biógrafos aseguran que esta etapa estudiantil engendró en Leopoldo el sentimiento religioso y el principio de gran disciplina moral que fueron la base de su carácter. En este primer año escolar ganó una banda azul como premio y trofeo literario. La conservó toda su vida y se encontraba entre los objetos más queridos del museo familiar.

En el verano de 1859 toda la familia regresó a Asturias. Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: Cervantes y Fray Luis de León.

El 4 de octubre de 1863, a la edad de once años, Leopoldo ingresa en la Universidad de Oviedo en lo que se llamaban «estudios preparatorios», matriculándose en las asignaturas de Latín, Aritmética y Doctrina Cristiana. El curso lo terminó con la nota de sobresaliente y con la adquisición de tres buenos amigos: Armando Palacio Valdés, Tomás Tuero (que fue también escritor, traductor y crítico literario) y Pío Rubín (escritor).

Galdós

Galdós

En su producción novelística encontramos todas las modalidades narrativas y, en ellas, Galdós es el único escritor español del siglo XIX capaz de construir un amplio cuadro de la sociedad de su tiempo.

A la vez, Galdós es el único escritor que posee una visión global y coherente de la historia contemporánea española, novelada en sus Episodios nacionales.

 

 Los Episodios nacionales

Constituyen una amplia reconstrucción de la historia de España en el siglo XIX, desde la batalla de Trafalgar (1805) hasta los comienzos de la Restauración (1875).

Los Episodios superan los modelos de novela histórica romántica (ver t22) porque Galdós construye sus obras manteniendo dos planos, el histórico y el novelesco, que discurren de manera paralela, interrelacionándose con frecuencia.

 

 Novelas de la primera época

Escritas entre 1870 y 1878, tratan generalmente del enfrentamiento ideológico que dividía la España de la época. Los personajes quedan escindidos en dos bandos: progresistas y tradicionalistas. Galdós se identifica con los primeros y critica a los segundos.

Además de La Fontana de Oro, primera novela realista española, pertenecen a esta época las llamadas novelas de la intolerancia: Doña Perfecta (1876), Gloria (1877), La familia de León Roch (1878)) y Marianela (1878).

 

 Novelas contemporáneas

Son veinticuatro novelas escritas entre 1881 y 1889, que constituyen un amplio retrato de la sociedad española, con especial atención a las clases medias.
El autor muestra aquí un mayor dominio de las técnicas realistas y es, por tanto,más imparcial. Sin abandonar sus ideas progresistas, describe a los personajes de una manera profunda, con sus contradicciones.

  Etapa espiritualista

En sus últimas novelas, Galdós muestra un creciente interés por los temas morales y espirituales. En estas novelas se acentúa el idealismo de los personajes y pierde importancia la descripción de la realidad.

 

Biografía

Benito María de los Dolores Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 - Madrid, 4 de enero de 1920), conocido como Benito Pérez Galdós, fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español.

Se le considera uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX en España y un narrador capital en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser reconocido por muchos como el mayor novelista español después de Cervantes.

Galdós transformó el panorama novelesco español de la época, apartándose de la corriente romanticista en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad.En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con "su intuición serena, profunda y total de la realidad", se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, "artísticamente transformado". De ahí que "desde Lope ningún escritor fue tan popular, ninguno tan universal desde Cervantes".

Pérez Galdós fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar nominado al Premio Nobel en 1912. Aunque, salvo en su juventud, no mostró especial afición por la política, aceptó su designación como diputado en varias ocasiones y por distintas circunscripciones.

Infancia y juventud

 Galdós fue el décimo hijo de un coronel del ejército, Sebastián Pérez, y de Dolores Galdós, una dama de fuerte carácter e hija de un antiguo secretario de la Inquisición. Siendo aún niño su padre le aficionó a los relatos históricos contándole pasajes y anécdotas vividos en la Guerra de la Independencia, en la que, como militar, había participado. En 1852 ingresó en el Colegio de San Agustín, en el barrio de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria (isla de Gran Canaria), con una pedagogía avanzada para la época, en los años en que empezaban a divulgarse por España las polémicas teorías darwinistas, polémicas que algunos críticos han rastreado en obras como Doña Perfecta.

Galdós, que ya había empezado a colaborar en la prensa local con poesías satíricas, ensayos y algunos cuentos, obtuvo el título de bachiller en Artes en 1862, en el Instituto de La Laguna (Tenerife), donde había destacado por su facilidad para el dibujo y su buena memoria. La llegada de una prima suya, "Sisita", al entorno familiar isleño, trastornó emocionalmente al joven Galdós, circunstancia que se ha considerado posible origen de la decisión final de "Mamá Dolores" de enviarle a Madrid a estudiar Derecho.

Llegó a Madrid en septiembre de 1862, se matriculó en la universidad y tuvo por profesores a Fernando de Castro, Francisco de Paula Canalejas, Adolfo Camús, Valeriano Fernández y Francisco Chacón Oviedo. En la universidad conoció al fundador de la Institución Libre de Enseñanza, Francisco Giner de los Ríos, que le alentó a escribir y le hizo sentir curiosidad por el krausismo, filosofía que se deja sentir en sus primeras obras. Frecuentó los teatros y con otros escritores paisanos suyos (Nicolás Estévanez, José Plácido Sansón, etcétera) la «Tertulia Canaria» en Madrid. También acudía a leer al Ateneo a los principales narradores europeos en inglés y francés. Fue en esa institución donde conoció a Leopoldo Alas Clarín, durante una conferencia del crítico y novelista asturiano, en lo que sería el comienzo de una larga amistad. Al parecer fue alumno disperso y perezoso, faltando a clase a menudo:
"Entré en la Universidad, donde me distinguí por los frecuentes novillos que hacía, como he referido en otro lugar. Escapándome de las cátedras, ganduleaba por las calles, plazas y callejuelas, gozando en observar la vida bulliciosa de esta ingente y abigarrada capital. Mi vocación literaria se iniciaba con el prurito dramático, y si mis días se me iban en "flanear" por las calles, invertía parte de las noches en emborronar dramas y comedias. Frecuentaba el Teatro Real y un café de la Puerta del Sol, donde se reunía buen golpe de mis paisanos" (B. Pérez Galdós, Memorias de un desmemoriado, II)
En 1865 asistió a la terrible Noche de San Daniel, cuyos sucesos le impresionaron vivamente:
Presencié, confundido con la turba estudiantil, el escandaloso motín de la noche de San Daniel —10 de abril del 65—, y en la Puerta del Sol me alcanzaron algunos linternazos de la Guardia Veterana, y en el año siguiente, el 22 de junio, memorable por la sublevación de los sargentos en el cuartel de San Gil, desde la casa de huéspedes, calle del Olivo, en que yo moraba con otros amigos, pude apreciar los tremendos lances de aquella luctuosa jornada. Los cañonazos atronaban el aire... Madrid era un infierno.

jueves, 12 de noviembre de 2015

El Capitalismo y sus isntrumentos


  Los Instrumentos del Capitalismo

El tema de la historia del capitalismo, en sus orígenes, fue fuente de grandes debates sociológicos, económicos e históricos desde el siglo XIX. Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a “realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras”. De esta forma al capitalismo, al igual que al sistema de precios y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.

Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue señalando y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y ayudaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos, provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción  no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.


Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue encontrado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales (y posteriormente el Estado de Derecho como sistema político y el liberalismo clásico como ideología) que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.

Aparición de las bolsas a finales de la Edad Media
La aparición de las primeras Bolsas ocurre en el siglo XIV en estas ciudades italianas donde el comercio es permanente (contrariamente a las ferias medievales que se celebran sobre períodos limitados) y donde se concentran lo esencial de las actividades financieras.

Es no obstante la creación en 1409 de la Bolsa de Brujas, un hotel dedicado al intercambio de mercancías, letras de cambio y efectos de comercio, que marca un punto de inflexión en el desarrollo de las actividades financieras. El plaza se impone rápidamente gracias a la abertura de su puerto, gracias a la fama de sus ferias comerciales y gracias al clima de tolerancia y de libertad que aprovechan vendedores e inversionistas de todo origen.
 Son los mismos triunfos que permitirán luego a la plaza de Amberes (creada en 1460) desarrollarse al principio del Renacimiento. Se podía leer en su frontis: Ad usum mercatorum cujusque gentis ac linguae (“Para uso de los vendedores de todos los países y de todas lenguas”).

  
 Propiedad privada y medios de producción
 En Gran Bretaña, el voto del Enclosure Act marca el advenimiento de la propiedad privada del capital, es seguido en el siglo XIX de la liberalización del accionariado. En 1825, la Bubble Act, que limitaba el tamaño de las empresas, es revocado. En 1856, la creación de sociedades anónimas es liberada de toda coacción. Es el principio de la dominación de las teorías del laissez-faire (dejar hacer), deseando limitar la intervención del Estado en la economía: ideología difundida en Gran Bretaña por los autores de la escuela clásica inglesa.

En Francia, en respuesta a los movimientos revolucionarios de la capital, los castillos de los campos son asaltados a fines de julio de 1789 por los campesinos que discuten la propiedad señorial. En la noche del 4 agosto de 1789, los privilegios de la nobleza son abolidos y la hacienda es abierta desde entonces a la burguesía, mientras que la desaparición de numerosos impuestos del Antiguo Régimen permite de (re)lanzar la inversión. El 26 de agosto, la propiedad privada, “bajo los auspicios del Ser supremo”, es reconocida en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano como un derecho inalienable.

En los Estados Unidos, desde la colonización, la propiedad privada de las tierras fue la regla. No obstante, la legislación americana pudo mostrarse muy favorable hacia los menos ricos y supo, gracias a la inmensidad del territorio, hacer de la propiedad privada de la tierra una noción fundamental defendida por los más humildes (no esclavos). Una ley de 1862 les concede en efecto la propiedad privada de 160 agrimensuras a los pioneros. La Homestead Act, ofrece un jardín para que cultiven los europeos desprovistos, estimulando los flujos migratorios hacia los Estados Unidos.

jueves, 29 de octubre de 2015

Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer

(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836 - Madrid, 1870) Poeta español. Junto con Rosalía de Castro, es el máximo representante de la poesía posromántica, tendencia que tuvo como rasgos distintivos la temática intimista y una aparente sencillez expresiva, alejada de la retórica vehemencia del romanticismo. La obra de Bécquer ejerció un fuerte influjo en figuras posteriores como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y los poetas de la generación del 27, y la crítica lo juzga el iniciador de la poesía española contemporánea. Pero más que un gran nombre de la historia literaria, Bécquer es sobre todo un poeta vivo, popular en todos los sentidos de la palabra, cuyos versos, de conmovida voz y alada belleza, han gozado y siguen gozando de la predilección de millones de lectores.

Gustavo Adolfo Bécquer (detalle de un retrato
realizado por su hermano Valeriano, c. 1862)

Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura. En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue un fracaso, y sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».

Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biográfos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de sus Rimas, aunque durante mucho tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado las composiciones más amargas del poeta.

En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía de su hermano Valeriano, en las escapadas de éste a Toledo para pintar.

La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, año en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendas y sus Rimas, publicadas en parte en El museo universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.

Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como dibujante.
El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.


La obra de Gustavo Adolfo Bécquer


La inmensa fama literaria de Bécquer se basa en sus Rimas, que iniciaron la corriente romántica de poesía intimista inspirada en Heine y opuesta a la retórica y ampulosidad de los poetas románticos anteriores. La crítica literaria del momento, sin embargo, no acogió bien sus poemas, aunque su fama no dejaría de crecer en los años siguientes.

Las Rimas, tal y como han llegado hasta nosotros, suman un total de ochenta y seis composiciones. De ellas, setenta y seis se publicaron por vez primera en 1871 a cargo de los amigos del poeta, que introdujeron algunas correcciones en el texto, suprimieron algunos poemas y alteraron el orden del manuscrito original (el llamado Libro de los gorriones, hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid).

El contenido de las rimas ha sido dividido en cuatro grupos: el primero (rimas I a XI) es una reflexión sobre la poesía y la creación literaria; el segundo (XII a XXIX), trata del amor y de sus efectos en el alma del poeta; el tercero (XXX a LI) pasa a la decepción y el desengaño que el amor causa en el alma del poeta; y el cuarto (LII a LXXXVI) muestra al poeta enfrentado a la muerte, decepcionado del amor y del mundo. Las Rimas se presentan habitualmente precedidas de la "Introducción sinfónica" que, probablemente, Bécquer preparó como prólogo a toda su obra.

lunes, 19 de octubre de 2015

Simón Bolívar

Simón Bolívar

(Llamado el Libertador; Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830) Caudillo de la independencia hispanoamericana. Nacido en una familia de origen vasco de la hidalguía criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu) y viajando por Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt. Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 se juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos. 

En 1810, aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el ejército francés, se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela, dirigida por Francisco de Miranda. El fracaso de aquella intentona obligó a Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812). 

En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas (de ese momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador). Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le daría el control del país. Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia). Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó el territorio de la Audiencia de Quito (actual Ecuador) en unión de Antonio José de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822). En aquel mismo año Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro gran caudillo del movimiento independentista, José de San Martín, que había liberado Argentina y Chile, para ver la forma de cooperar en la liberación del Perú. Ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y en sus apreciaciones políticas (pues San Martín se inclinaba por crear regímenes monárquicos encabezados por príncipes europeos), desistiendo San Martín de entablar una lucha por el poder (poco después se marcharía a Europa) y dejando el campo libre a Bolívar. Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú, último bastión del continente en el que resistían los españoles, aprovechando las disensiones internas de los rebeldes del país (1823). 

En 1824 obtuvo la más decisiva de sus victorias en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la presencia española en Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas del Alto Perú fueron liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar (actual Bolivia). Bolívar, presidente ya de Colombia (1819-30), lo fue también de Perú (1824-26) y de Bolivia (1825-26), implantando en estas dos últimas Repúblicas un modelo constitucional llamado «monocrático», con un presidente vitalicio y hereditario. Sin embargo, los éxitos militares de Bolívar no fueron acompañados por logros políticos comparables. Su tendencia a ejercer el poder de forma dictatorial despertó muchas reticencias; y el ambicioso proyecto de una gran Hispanoamérica unida chocó con los sentimientos particularistas de los antiguos virreinatos, audiencias y capitanías generales del imperio español, cuyas oligarquías locales acabaron buscando la independencia política.

José de San Martín

Biografía
Hijo de Juan de San Martín, teniente gobernador de Corrientes, y de Gregoria Matorras, el pequeño José Francisco se crió en el seno de una familia española que no tardó en preferir volver a su país a quedarse en aquellos turbulentos estados coloniales. En 1784 pasó con su familia a España; en 1787 ingresó en el Seminario de Nobles de Madrid, donde aprendió retórica, matemáticas, geografía, ciencias naturales, francés, latín, dibujo y música.
Dos años después pidió y obtuvo el ingreso como cadete en el Regimiento de Murcia. Fue éste el origen de una brillante y vertiginosa carrera militar que tendría su bautismo de fuego en el sitio de Orán (1791), en la campaña de Melilla; trece años tenía entonces el futuro libertador.

Más tarde intervino en las guerras del Rosellón (1793) y de las Naranjas (1801), mereciendo sucesivos ascensos por su actuación; en 1803 era ya capitán de infantería en el regimiento de voluntarios de Campo Mayor. Cuando la invasión napoleónica de la península dio lugar a la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), su arrojo contra los invasores franceses en la batalla de Bailén (1808) le valdría ser nombrado teniente coronel de caballería.

La emancipación de América
Tras esta fulgurante carrera en el ejército español, y poco después de estallar la revolución emancipadora en América, San Martín, que había mantenido contactos con las logias masónicas que simpatizaban con el movimiento independentista, reorientó su vida hacia la causa emancipadora. El sentimiento de su identidad americana y su ideario liberal, desarrollado en el clima espiritual surgido tras la Revolución Francesa y en la lectura de los enciclopedistas e ilustrados franceses y españoles, lo determinaron a contribuir a la libertad de su patria.
Inició así una nueva etapa de su vida que lo convertiría, junto con Simón Bolívar, en una de las personalidades más destacadas de la guerra de emancipación americana. Solicitó la baja en el ejército español y marchó primero a Londres (1811), donde permaneció casi cuatro meses. Allí asistió a las sesiones de la Gran Reunión Americana, fundada por Francisco de Miranda, que fue la organización madre de varias otras esparcidas por América con idénticos fines: la independencia y organización de los pueblos americanos.

jueves, 15 de octubre de 2015

La Guerra de independencia


El período en el que España fue ocupada por las tropas francesas durante la guerra de la Independencia Española comprende desde las abdicaciones de Bayona, en las que Carlos IV y Fernando VII se ven obligados a abdicar la Corona de España en favor de Napoleón Bonaparte en 1808, hasta la restauración de Fernando VII en 1813.
Durante esos años, el emperador de los franceses impuso a su hermano José como rey de España, que intentó mantener la Monarquía Española como un Estado satélite al servicio de los intereses del Primer Imperio Francés. Al tiempo, las autoridades españolas contrarias a los franceses declararon a Fernando VII legítimo rey y establecieron Juntas Locales y, más tarde, una Junta Suprema Central, con las que organizar la lucha contra los ejércitos napoleónicos.

El levantamiento popular 

El tres de mayo de 1808 o Los fusilamientos de Príncipe Pío, de Goya

              El tres de mayo de 1808 o Los fusilamientos de Príncipe Pío, de Goya

El 2 de mayo de 1808 se produjo el levantamiento espontáneo del pueblo de Madrid contra el invasor, molesto por los abusos de las tropas francesas. El motivo inmediato fue impedir la salida del Palacio de Oriente del resto de la familia real para ir a Bayona. Oficiales de artillería (Daoiz, Velarde y Ruiz), dieron armas a la gente. Murat reprimió el levantamiento con gran dureza. En los días siguientes, se extendió la insurrección por toda España, al unirse espontáneamente a la rebelión muchas ciudades y provincias.
Ante el vacío de poder creado por la ausencia de Fernando VII y la colaboración del Gobierno con los invasores, se formaron las Juntas de Defensa, organismos revolucionarios que surgieron espontáneamente y asumieron la soberanía para defender la independencia frente a los franceses. Primero fueron locales y luego provinciales (13), coordinadas por la Junta Central Suprema, establecida en Aranjuez y presidida por Floridablanca, que asumió la tarea de dirigir la guerra y gobernar el país en las zonas no ocupadas. Se trasladó más tarde a Sevilla siendo sustituida en 1810 por una Regencia que se estableció en Cádiz.

La Guerra de la Independencia (1808-1814)

La Guerra de la Independencia fue una guerra popular y de liberación nacional contra la dominación francesa. Es un fenómeno muy complejo. Fue un conflicto internacional, iniciado en 1792 en que participarán Inglaterra, Portugal y España contra Francia. La intervención del ejército inglés, dirigido por el duque de Wellington, fue decisiva. También fue una guerra civil. Ante la invasión francesa se observan dos actitudes de los españoles:
  1. Los afrancesados: una minoría de intelectuales, altos funcionarios y nobles procedentes en su mayoría del Despotismo Ilustrado apoyó a José I y su gobierno tras las abdicaciones de Bayona. Aceptaron al nuevo monarca porque pensaban que así evitarían la guerra y que un poder fuerte frenaría los excesos revolucionarios y haría las reformas soñadas por los ilustrados para modernizar el país. No pueden ser tildados de antiespañoles, lo hicieron por el bien del país.
  2. El frente patriótico: la mayoría de la población se opuso a la invasión francesa reconociendo a Fernando VII como legítimo rey. Se observan diversas posturas ideológicas: Los ilustrados, como Jovellanos y Floridablanca, deseaban la vuelta del rey para continuar las reformas. Los liberales aspiraban a que la guerra permitiese hacer una revolución que transformase el Antiguo Régimen en un régimen liberal parlamentario, con una Constitución nueva. Los absolutistas (muchos nobles y clérigos) querían la vuelta al Antiguo Régimen; contaban con el apoyo de la mayor parte de las clases populares, en defensa de la tierra, la religión y el rey.  

    Las etapas de la guerra

  • De mayo a noviembre de 1808:Esta primera etapa fue de claro protagonismo de la resistencia española. La resistencia popular espontánea se extendió por todo el país y desarticuló el plan francés de ocupación de controlar los principales puertos peninsulares (Cádiz, Barcelona, Lisboa). El ejército del general Castaños venció al del mariscal Dupont en Bailén (19 de julio de 1808), lo que impidió la ocupación de Andalucía. Los franceses se replegaron al país vasco-navarro. José Bonaparte abandonó Madrid.
  • De noviembre de 1808 a julio de 1812:fase de predominio frances. El mismo Napoleón dirigió la contraofensiva con un ejército de 250.000 veteranos de la Grande Armée y avanzó hasta Madrid donde José I fue restablecido. Obligado a volver a París, sus generales continuaron la ocupación de la Península, aunque el relieve y la aparición de las guerrillas populares dificultaron el avance. Zaragoza y Gerona, defendidas por los generales Palafox y Álvarez de Castro respectivamente, sufrieron duros sitios; Cádiz resistió gracias a su privilegiada situación geográfica. Los ingleses, dirigidos por Wellington, tras ganar la batalla de Talavera(1809) se replegaron y resistieron en Portugal.
  • De julio de 1812 hasta diciembre de 1813: los ejércitos anglo-españoles pasaron a la ofensiva. Napoleón retiró sus mejores tropas para la campaña de Rusia. Wellington ocupó Badajoz. Las victorias de Los Arapiles (Salamanca, julio 1812), Vitoria (junio de 1813) y San Marcial ( en territorio francés) dieron fin a la guerra. Napoleón firmó la paz en el Tratado de Valençay y devolvió la corona a Fernando VII.

Consecuencias de la guerra


La Guerra de la Independencia fue un desastre terrible para España. Además de miles de muertos —más de 300.000— y heridos, las destrucciones fueron enormes y causaron hambre, epidemias, la ruina de la agricultura y la ganadería, la paralización del comercio y de la incipiente industria y el aumento de la enorme Deuda estatal. España quedó arrasada.
Por otro lado, los españoles se acostumbraron a resolver sus conflictos por la violencia. La guerrilla popular fue una auténtica escuela de rebelión colectiva, utilizada tanto por liberales como por absolutistas a lo largo del siglo XIX.

lunes, 5 de octubre de 2015

Voltaire


François-Marie Arouet (París, 21 de noviembre de 1694 – ibídem, 30 de mayo de 1778), más conocido como Voltaire, fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia francesa en la que ocupó el asiento número 33.


Escritor francés. Fue la figura intelectual dominante de su siglo. Ha dejado una obra literaria heterogénea y desigual, de la que resaltan sus relatos y libros de polémica ideológica. Como filósofo, Voltaire fue un genial divulgador, y su credo laico y anticlerical orientó a los teóricos de la Revolución Francesa.
Voltaire estudió en los jesuitas del colegio Louis-le-Grand de París (1704-1711). Su padrino, el abate de Châteauneuf, le introdujo en la sociedad libertina del Temple. Estuvo en La Haya (1713) como secretario de embajada, pero un idilio con la hija de un refugiado hugonote le obligó a regresar a París. Inició la tragedia Edipo (1718), y escribió unos versos irrespetuosos, dirigidos contra el regente, que le valieron la reclusión en la Bastilla (1717). Una vez liberado, fue desterrado a Châtenay, donde adoptó el seudónimo de Voltaire, anagrama de Árouet le Jeune» o del lugar de origen de su padre, Air-vault.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Monarquía absoluta


La monarquía absoluta es una forma de gobierno en la que el monarca tiene el poder absoluto. En ella no existe división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).


El absolutismo en Francia
Luis XIV fue el primogénito y sucesor de Luis XIII y de Ana de Austria (hija del rey Felipe III de España). Incrementó el poder y la influencia francesa en Europa, combatiendo en tres grandes guerras: la Guerra de Holanda, la Guerra de los Nueve Años y la Guerra de Sucesión Española. La protección a las artes que ejerció el soberano Luis XIV fue otra faceta de su acción política.
Los escritores Moliére y Racine, el músico Lully o el pintor Rigaud ensalzaron su gloria, como también las obras de arquitectos y escultores. El nuevo y fastuoso Palacio de Versalles, obra de Luis Le Vau, Charles Le Brun y André Le Nôtre, fue la culminación de esa política. Al trasladar allí la corte (1682), se alejó de la insalubridad y las intrigas de París, y pudo controlar mejor a la nobleza. Versalles fue el escenario perfecto para el despliegue de pompa y para la sacralización del soberano.
Palacio de Versalles