LA SITUACIÓN ALEMANA TRAS 1815
Desde principios del siglo XIX, tras las guerras napoleónicas, fue imponiéndose la idea de unificar las distintas organizaciones políticas herederas del Sacro Imperio Romano Germánico
en un solo Estado alemán. Un paso importante en este proceso fue la
formación de un mercado único en la región. A ello contribuyeron, tanto
los junkers, es decir, la aristocracia terrateniente prusiana, como la burguesía industrial de la cuenca del Ruhr.
En 1834 se produjo la unificación aduanera, el Zollverein. El Zollverein se inició en Prusia, Estado
al que se adhirieron Hesse-Darmstadt, Baviera y Wurtemberg
para crear una zona de aranceles unificados: el desarrollo industrial
de Prusia atrae a otros estados que ven más rentable liberar sus
aranceles con Prusia (que exporta manufacturas muy demandadas) que con
Austria (cuyas exportaciones agrícolas compiten con la producción
interna de otros Estados como Baviera y Sajonia).
Prusia y Austria eran muy distintas en los aspectos económicos,
sociales y políticos. Austria estaba configurada como un imperio
centralista y autoritario que gobernaba un territorio habitado por
diferentes pueblos —eslavos, alemanes, húngaros, rumanos e italianos—
con distintas lenguas, religiones y costumbres. Esta situación motivó frecuentes sublevaciones nacionalistas contra la monarquía austriaca. La población prusiana, sin embargo, era mucho más homogénea.
En lo económico, Austria
no contaba con una burguesía poderosa capaz de lograr un desarrollo
industrial propio. El mantenimiento de un ejército y una administración
que garantizasen la unidad imperial le creó graves dificultades
financieras. Prusia,
en cambio, experimentó un desarrollo económico muy intenso en su parte
occidental que la convirtió en el referente del crecimiento industrial
de los territorios alemanes. El aumento de la producción de acero, carbón y hierro en la segunda mitad del siglo XIX así lo demostró.
Todo ello, unido a la revolución de los medios de transporte y de las comunicaciones —ferrocarriles, barcos de vapor, telégrafos—
posibilitó la formación de un activo mercado económico y trajo consigo
otras consecuencias: la consolidación de una burguesía industrial,
aliada de los terratenientes junkers, y el predominio en su gobierno de las ideas liberales, que buscaban la formación definitiva de un Estado nacional.
La Confederación Germánica
Fue una unión establecida en 1815 por el Congreso de Viena que agrupó
a 39 Estados alemanes en una confederación de Estados soberanos bajo la
presidencia de la Casa de Austria, para reemplazar al extinto Sacro Imperio Romano Germánico destruido por Napoleón.
La Confederación no suponía ninguna concesión al creciente
nacionalismo alemán, ya que está estaba en control de la nobleza y casas
reales ajenas al liberalismo nacionalista. Esto se refleja en su Dieta,
que no era un parlamento de representantes elegidos por el pueblo, sino
un congreso de delegados con sede en Fráncfort del Meno, fue su única
entidad central, aunque en 1834 se creó la Unión Aduanera de Alemania y,
con ello, un mercado interno unitario para la mayoría de los Estados.
El estallido de la Revolución alemana de 1848-1849
y el entusiasmo popular producido por ella mostró que, tarde o
temprano, los diversos Estados alemanes (39 en total) quedarían
unificados en un solo Estado, pero estaba aún por definirse si tal
proyecto sería dirigido por Prusia o por Austria dando inicio al
Dualismo Aleman.
La Confederación solo funcionó cuando coincidían las posiciones de
Austria y Prusia, cuya confrontación condujo finalmente a la guerra de
las Siete Semanas. Tras el triunfo prusiano, la Confederación Germánica
quedó disuelta y fue sustituida en el año 1867 por la Confederación Alemana del Norte.
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Otto von Bismarck |
Consecuencia del periodo en que Alemania fue conquistada por Napoleón empieza a surgir un nacionalismo centrípeto cuyo objetivo es unificar los Estados para eliminar la
amenaza de todo ataque externo. Precisamente los rebeldes alemanes de
1848-1849 utilizaban el recuerdo de la "Guerra de Liberación alemana" contra la Francia napoleónica
como muestra de la urgencia de unificar los diversos Estados alemanes y
como señal de que el pueblo alemán, más allá de las diferencias
políticas, tenía un "objetivo común". Específicamente, en 1862 fue designado canciller prusiano el aristócrata
Otto von Bismarck, quien concibió la unificación de Alemania bajo la dirección del Reino de Prusia
dentro de un molde autoritario y centralista, pero asegurando para la
nueva "Alemania unificada" no sólo la solidez política sino la
prosperidad económica y el poderío militar, aspectos que Bismarck
consideraba interdependientes. Dueño de una gran energía para el
trabajo, con sangre fría para la intriga política, y hábil diplomático
para calcular los temores y ansias de las potencias extranjeras,
Bismarck se convirtió en el líder político del proyecto de unificación.
LAS GUERRAS DE UNIFICACIÓN
Guerra de los Ducados
La Guerra de los Ducados fue un conflicto militar que enfrentó a Austria y Prusia contra Dinamarca en 1864, por el control de los ducados de Schleswig y de Holstein, de población mayormente alemana pero bajo soberanía danesa. Dinamarca salió derrotada, por lo que debió ceder Schleswig-Holstein, que fue anexionado por las otras dos potencias. No obstante, Bismarck aprovechó el atractivo de la Zollverein para
imponer la influencia de Prusia en tales ducados, geográficamente muy
alejados de Austria propiamente dicha, alegando el "derecho de la
determinación de los pueblos", por lo cual debía respetarse el deseo de
los habitantes de los ducados para unirse económicamente (y luego
políticamente a) a Prusia.
Austria, sin fuerzas para oponerse a la penetración prusiana en los
ducados, abandonó sus derechos sobre ellos. Indirectamente, Bismarck
también logró marcar la primacía prusiana sobre los austriacos entre los
otros estados germanos (Sajonia, Baviera, o Württemberg), aumentando el
prestigio de Prusia y debilitando las posibles alianzas de Austria.
Guerra austro-prusiana
El objetivo de la Guerra austro-prusiana
de 1866 para los prusianos fue expulsar a los austriacos de la
Confederación Germánica y descartar toda posible "unificación" en torno a
la corona de Austria. Para ello, Bismarck se sirvió de las tensiones
políticas que hace décadas germinaban entre ambos poderosos estados,
siendo que para esas fechas Bismarck había impulsado el desarrollo
industrial de Prusia para tornarla en un enemigo temible ante Austria.
Mientras este conflicto estaba en desarrollo, se aplicó la tesis del
Zollverein: aranceles preferenciales para los aliados de Prusia. En
paralelo, la guerra estallaba el 23 de junio.
- Además de la expulsión de los austriacos del proyecto unificador,
Prusia también tenía otro objetivo: anexionar definitivamente Holstein y
Schleswig a la Alemania del Norte, además de destruir la influencia de
Austria sobre otros estados alemanes (Hamburgo y Hesse) y atraerlos a la
órbita prusiana.
- Prusia promete a Italia devolverle Venecia
a cambio de ir a la guerra contra Austria; tal acuerdo genera que
Italia declare la guerra a Austria y la obligue a luchar en dos frentes y
distraiga sus esfuerzos bélicos. Aunque Austria derrota a Italia en
tierra y mar, las derrotas ante Prusia le fuerzan a capitular.
- Prusia gana la guerra, por lo que logra todos sus objetivos, y ello se consagra en la firma del tratado de Praga.
Guerra franco-prusiana
El interés de Prusia en esta guerra, que tuvo lugar en 1870-1871, era acorralar a Francia
territorialmente, buscar un motivo de unidad entre los estados alemanes
aún renuentes a unirse a Prusia, y con ello expandirse y unificar
Alemania.
Desarrollo:
- La reina Isabel II de España es destituida del trono en 1868 por rebeliones internas. A fines de 1869 los regentes españoles reciben la propuesta de un primo del rey prusiano Guillermo I, el príncipe Leopoldo de Höhenzollern, para acceder al trono español. Tal oferta es recibida con enojo por Napoleón III de Francia, quien interpreta esto como una intromisión prusiana en España y un "cerco dinástico" que amenazaría Francia.
- El emperador francés lanza a sus diplomáticos a una ofensiva para
evitar la coronación de un rey prusiano en Madrid, y Prusia acepta
retirar la candidatura tras unos supuestos aravos al embajador francés,
en esfuerzo calculado para provocar una reacción iracunda de Napoleón
III. El canciller prusiano Otto von Bismarck
calcula que la furia del monarca francés causará que Francia inicie una
guerra imprudente contra Prusia, mucho mejor preparada bélicamente.
- Napoleón III de Francia, acompañado por el príncipe imperial de 14 años, llega a Metz para tomar el mando del ejército y efectivamente declara la guerra a Prusia a fines de julio de 1870,
lanzando sus tropas contra el Rin. Los cálculos de Bismarck se hacen
ciertos y en Berlín puede alegarse que Prusia no provoca la guerra, lo
cual une a varios estados alemanes a la causa prusiana.
- Tras seis semanas de lucha, las tropas prusianas vencen a las
francesas, peor equipadas y mal preparadas para una guerra en tales
momentos. Las fuerzas prusianas derrotan a las divisiones francesas
mandadas por el mismo Napoleón III en Sedán y obligan al monarca francés a capitular allí el 2 de setiembre. Semanas después, los soldados prusianos cercan París e imponen a Francia el Tratado de Fráncfort en marzo de 1871.
Consecuencias:
- Alemania despoja a Francia de las regiones de Alsacia y Lorena que serán "territorios imperiales" alemanes hasta 1919.
- Fin del Segundo imperio francés; Francia proclama la III República que durará hasta 1940.
- Guillermo I fue nombrado káiser de Alemania en la Galería de los Espejos del palacio de Versalles el 18 de enero de 1871, unificando de hecho a Alemania y dando inicio al Imperio Alemán.
Consolidación y fraccionamiento
El Imperio alemán fue fundado el 18 de enero de 1871 tras la victoria de Prusia en la Guerra franco-prusiana
y supuso la unificación de los diferentes Estados alemanes en torno a
Prusia, excluyendo a Austria, bajo el liderazgo del canciller Otto von Bismarck. Se inició un período de gran desarrollo de la nación alemana en todos los campos: económico, geográfico, político y militar.
Sin embargo, como los alemanes descubrieron, grandes discursos,
banderas, y multitudes entusiastas, una constitución, una reorganización
política y la provisión de un superestructura imperial; y la Unión
Aduanera revisada de 1867 a 68, todavía no hacían una nación.
Un elemento clave del Estado-nación es la creación de una cultura
nacional, con frecuencia aunque no necesariamente. A través de la
política nacional la Kulturkampf (1872 a 78) que siguió un modelo
político, económico, y de unificación administrativa trató de ir en esa
dirección, con una notable falta de éxito, con algunas contradicciones
en la sociedad alemana. En concreto, se trataba de una lucha por el
lenguaje, la educación y la religión. Una política de germanización de
las personas no alemanas de la población del imperio, incluyendo los
polacos y daneses, comenzó con el lenguaje, en particular, la lengua
alemana, la escolaridad obligatoria (germanización), y el intento de
creación de planes de estudio estandarizado para esas escuelas para
promover y celebrar la idea de un pasado compartido. Otro elemento
importante en la construcción de la nación, la historia del pasado
heroico, cayó a esos historiadores alemanes nacionalistas como el
constitucionalista liberal Friedrich Dahlmann (1785-1860), su alumno
conservador Heinrich von Treitschke (1.834 a 1896), y otros menos
conservadores, tales como Theodor Mommsen (1817-1903) y Heinrich von
Sybel (1817-1895), por nombrar a dos.
El Imperio Alemán se mantendría hasta la Revolución de Noviembre de 1918 que llevó, hacia el final de la Primera Guerra Mundial, al cambio desde la monarquía del Imperio a una república pluralista, parlamentaria y democrática.